NO SOLO EMBOTELLADA
Pero a todas estas cifras vertiginosas habría que añadir muchas más, porque no sólo de agua embotellada vive el hombre
. Desde que nos levantamos y hasta que nos acostamos, nuestro consumo de plástico es irracional, y, muy a menudo, frívolo e innecesario: el plástico está presente en el tetra brick de leche, en el embalaje del pan de molde para tostada, en los artículos de higiene (botellas de champú y gel, cosméticos, cepillo de dientes), en las perchas en que colgamos la ropa, etc. Es decir, cada día y antes de salir de casa, hacemos un flaco favor a la naturaleza y nos lo hacemos por ende a nosotros mismos, que dependemos del agua como fuente esencial de vida.
Pero dejando a un lado los motivos ecologicos y agarrándonos al al bolsillo, el agua mineral constituye una nueva aberración en cuanto a precio: 100 metros cúbicos de agua del grifo cuetan tanto como un litro y medio de agua embotellada. Con todo, y aunque España sea uno de los países europecos con el precio más bajo del agua doméstica, parece que las estrategias de márketing han hecho más mella en la población que el precio de oro al que nos venden un agua por otro lado muy simular a la que utilizamos en la ducha o para lavar los platos.
Sin embargo, no está todo perdido, no por el momento. Jose Luis intenta curso tras curso académicos concienciar a sua alumnos en el ahorro de recursos naturales para crear una bola de nivene en la que estos conciencien a sus padres y amigos que, a su vez, concienciarán a otros convirtiéndose en lo que con orgullo le gusta llamar "profesores medioambientales".
Así, les propone formas eficientes y sencillas para evitar al máximo el consumo de plástico. Entre ellas, algo tan fácil como sustituir el film transparente del bocata por una servilleta de papel "con la que además, pueden después limpiarse la cara y, por tanto darle un nuevo uso para a continuación depositarla en el contenedor verde de reciclado. El papel, por supuesto, no es la panacea: para la producciòn de un kilo se usan 250 litros de agua, que también es una cifra espeluznante, pero no de lejos tan salvaje y abrumadora como la del plástico, que gasta ocho veces más del líquido elemento"
A día de hoy, los embalses de agua están al 44% de su capacidad, un 14 % menos que en 2007. En la costa levantina, la situación es agónica: no rebasan el 21%.
Además, las calidades del agua en ésta y en otras zonas del pías dejan mucho que desear: son aguas duras, con exceso de cal y, cerca del mar, aguas generalmente desaladas, lo que les confiere un sabro poco apetecible para los paladares.
Precisamente es la calidad del agua lo que más nos impulsa al consumo de la embotellada. Por eso, Jose Luis, propone a las administraciones públicas hacer fuertes inversiones en el saneamiento de tuberías, depuradoras, y demás infraestructuras hídricas.
En 2007, la alcadía de Nueva York impulsó una campaña a favor del consumo del agua del grifo. Ese mismo año, el consistorio de San Francisco prohibió a las insituciones públicas comprar agua embotellada y en San Sebastián repartió jarras de agua en los establecimientos hosteleros de la ciudad, con el lema "¿El agua?, en jarra ¡naturalmente!" La semana pasada, el Ministerio de Medioambiente británico inició una campaña apoyada por un documental que emitirá la BBC bajo el título Agua embotellada ¿quién la necesita?, en que se afirma, por ejemplo, que la producción de un litro de agua Ëvian o Volvic, genera 600 veces más CO2 que el agua del grifo
Mientras tanto, Jose Luis emprende de septiembre a junio su modesta campaña entre los que pasan por su aula. Sus cuentas del agua
Para fabricar un plato grande se necesitan:
Para fabricar el embalaje de un bocadillo se necesitan
8 litros de agua
Para fabricar un vaso de 150ml se necesitan
10 litros de agua
Para fabricar una botella de 330cl se necesitan
40 litros de agua
Para fabricar una botella de un litro se necesitan
Para fabricar una botella de 5 litros se necesitan
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